Autor: M.V.Z. Fernando Íñiguez
Una cría por vaca al año es el objetivo que debe perseguir todo rancho ganadero sin importar que se trate de un sistema intensivo o extensivo.
Esto implica un intervalo entre partos de 365 días, de los cuales 280 días la vaca está gestante. Después del parto requiere un mínimo de 45 días para la involución del útero. Para lograr el objetivo la vaca debe quedar preñada de nuevo en un periodo máximo de 40 días. Durante este corto período de tiempo la vaca puede ser fértil 2 veces.
El éxito del manejo reproductivo depende de la conjugación adecuada de los siguientes factores:
- La condición de salud general del hato.
- La eficiencia del manejo del hato.
- Adecuada nutrición antes y después del parto.
- Intervalo de recuperación pos parto.
- Porcentaje de celos presentados.
- La capacidad individual de los toros para producir semen y montar vacas.
- Porcentaje de vacas detectadas en calor.
- La calidad del semen congelado para inseminación artificial, su buen manejo y conservación.
- La competencia del inseminador al descongelar y aplicar el semen en el lugar y tiempo adecuados.
Un programa de manejo reproductivo consiste en lo siguiente:
I. Determinación de la temporada de empadre.
II. Diagnóstico del estado reproductivo del hato.
III. Vacunas y tratamientos para lograr mejores resultados.
IV. Sincronización del celo y la ovulación e inseminación artificial.
V. Repaso con toros.
VI. Diagnóstico de gestación.
VII. Desecho de vacas improductivas.
I. Determinación de la temporada de empadre.
El primer paso en el manejo reproductivo de un hato ganadero es determinar cuándo es el mejor tiempo del año para que las vacas tengan sus partos. Esto depende del clima, la disponibilidad de alimentos durante el año y el mercado.
La temporada de invierno (enero-febrero) es la temporada más fría del año, esto significa que los becerros recién nacidos necesitan más atención, ya que son más susceptibles de padecer neumonía y diarrea. Sin embargo, los becerros nacidos en esta temporada tienen mayor peso al destete para el mercado de otoño que los becerros nacidos en primavera. Por otro lado las vacas requieren ser suplementadas en febrero y marzo para que queden cargadas en el tiempo adecuado.
Las vacas que paren en la temporada de primavera (marzo-abril), pasaron los dos últimos meses de su gestación con poca pastura y de mala calidad, porque durante el invierno el pasto se seca con el frío. Para volver a cargar estas vacas es necesario tener buenas pasturas durante los meses de mayo y junio.
Durante el verano (julio-agosto) la abundancia de pastura puede causar que las vacas que paren en esta época del año produzcan más leche de la que los becerros pueden consumir.
Las vacas que paren durante la temporada de otoño (septiembre-octubre) usualmente están en buena condición y el clima es favorable. Sus becerros ofrecen cierta flexibilidad en el mercado, ya que pueden ser vendidos al destete o enviados al pastoreo por un periodo de tiempo. El mercado para los becerros de otoño generalmente es mejor que para los becerros de primavera, pero se necesita tener alimento de buena calidad almacenado, porque las vacas están en lactación y deben cargarse de nuevo durante el invierno.
Una vez que se ha definido la temporada de partos, el siguiente paso es controlar la temporada de empadre. Para lograr un periodo corto de empadre es necesario utilizar las técnicas de sincronización de celos y la inseminación artificial. La meta es lograr que el mayor número de vacas presenten un celo efectivo fértil y que al menos el 50% de estas vacas queden preñadas con un servicio de inseminación artificial a tiempo fijo.
Programar la reproducción en forma estacional ayuda a mejorar la eficiencia reproductiva, optimiza el uso de los recursos del rancho ganadero y reduce los costos de producción. Facilita el manejo sanitario del hato, permite uniformar los tiempos de vacunación y las rutinas de manejo, con una reducción significativa de los requerimientos de mano de obra.
Acortar la temporada de partos permite mejorar el manejo y la observación del hato. Con esto se reducen las muertes de becerros al nacimiento, una de las más grandes causas de falla reproductiva. Esto se refleja en el porcentaje de becerros destetados, lo cual es determinante de la productividad y rentabilidad de un hato ganadero.
Los becerros que nacen en los primeros 21 días de la temporada de partos, pesan 15 kilogramos más al destete que los nacidos en el siguiente periodo de 21 días. Los becerros que nacen después de los 42 días del inicio de la temporada pesan 35 kilogramos menos que los que nacen en el primer periodo.
Una temporada corta de empadre resulta en becerros más uniformes y más pesados, mejor uso de la mano de obra y mejor oportunidad para seleccionar las vacas más fértiles del hato. Las comparaciones entre vacas, no pueden ser precisas si no hay un cierto grado de uniformidad entre sus becerros. Cuando la camada de becerros es uniforme en edad y talla, también se puede facilitar la comercialización.
II. Diagnóstico del estado reproductivo del hato.
Cuando no se ha llevado un manejo adecuado o cuando se va a iniciar con un programa de manejo, lo primero que se debe hacer es un diagnóstico del estado reproductivo del hato.
Un examen del aparato reproductor por palpación transrectal a todas las vacas y vaquillas en edad reproductiva es de gran ayuda para determinar los siguientes datos:
- Número de vacas gestantes.
- Edad de la gestación de cada vaca.
- Número de vacas vacías.
- Número de vacas problema.
Las vacas problema son las vacas vacías que manifiestan una alteración en el sistema reproductor o que tienen más de 85 días posparto sin celo, monta o Inseminación Artificial.
El diagnóstico de gestación es una práctica elemental que se debe realizar en todos los hatos ganaderos con la frecuencia necesaria, ya que la información que se obtiene nos ayuda a tomar buenas decisiones y a llevar a cabo acciones que mejoren la rentabilidad del hato ganadero.
- Hace posible conocer la eficiencia de los técnicos en inseminación artificial y de los toros que se están usando.
- Se pueden predecir los partos y su distribución durante el año.
- Permite calcular parámetros reproductivos, como el índice de preñez, los servicios por concepción, las concepciones al primer servicio, el porcentaje de fertilidad, el periodo abierto, etc.
- Conocer el periodo abierto de cada vaca año tras año, nos permite identificar a las vacas más fértiles y más eficientes.
- Si el periodo abierto promedio del hato es muy grande, podemos asegurar que no se están llevando a cabo acciones correctivas oportunamente.
- Identificar y desechar las vacas abiertas improductivas reduce los gastos de alimentación.
- Se puede mejorar la nutrición mediante la formación de grupos de vacas por edad de la gestación y suplementar a costos convenientes.
- Nos da la oportunidad de identificar algunos signos clínicos relacionados con enfermedades infecciosas que causan pérdidas embrionarias y abortos al diagnosticar vacías a vacas que se habían diagnosticado gestantes en exámenes anteriores.
III. Vacunas y tratamientos para mejorar la reproducción.
La eficiencia reproductiva está fuertemente influenciada por el índice de concepción y la pérdida de gestaciones. Para prevenir fallas reproductivas ocasionadas por infecciones virales (IBR, DVB) y Leptospiras se debe vacunar a las vacas al menos una vez al año, de preferencia entre 4 y 8 semanas antes del empadre.
Las deficiencias de minerales en la alimentación del ganado, deterioran la salud y causan graves pérdidas económicas. Los efectos negativos de estas deficiencias nutricionales pueden ser subclínicos y pasar desapercibidos.
Para corregir esta situación se recomienda una adecuada suplementación mineral y la aplicación parenteral estratégica de butafosfan, Vitaminas A, D y E y Selenio a las vacas 30 días antes del parto y 30 días después del parto, esto favorece la reproducción, el proceso de parto, la expulsión de la placenta, la involución uterina, la gametogénesis y la actividad sexual.
Una de las mayores limitantes para sincronizar efectivamente el celo y la ovulación en las vacas de carne, es el anestro, caracterizado por una ausencia de estructuras cíclicas en el ovario (folículos y cuerpo lúteo). Las vacas y vaquillas a programar deben tener sus ovarios activos. De no ser así, hay que corregir la nutrición y mejorar la condición corporal. Cuando las vacas delgadas comienzan a ganar peso, la actividad ovárica se regulariza.
Hacer un acondicionamiento físico, previo a la aplicación de un programa de sincronización, es de gran ayuda para obtener mejores resultados. Cuando las vacas son detectadas con ovarios estáticos, subestro o anestro, se recomienda corregir la nutrición y la aplicación de butafosfan, Vitaminas A, D y E y Selenio. Este tratamiento estimula la actividad ovárica y favorece la recuperación de la fertilidad.
Butafosfan | 10 mg/kg | IM o SC. |
Selenito de sodio | 1 mg/10 kg | IM o SC. |
Vitaminas ADE | A 3 000 000 UI D 300 000 UI E 300 UI | IM o SC. |
IV. Sincronización del celo y la ovulación.
Las vacas vacías con más de 60 días posparto, con buena salud reproductiva y con ovarios activos pueden entrar en un programa de sincronización de la ovulación para ser inseminadas artificialmente.
Protocolo de sincronización (Co-Sinch).
- Día 1: GnRH. Esta inyección provoca la ovulación de cualquier folículo grande (>10 mm) que esté presente; lo cual asegura la presencia de un cuerpo lúteo en el ovario 7 días después. También provoca el crecimiento de una nueva onda folicular debido a la secreción de hormona folículo estimulante.
- Día 8: Prostaglandina F2 α. Esta inyección está destinada a provocar la regresión del cuerpo lúteo presente en el ovario. La caída de los niveles de progesterona en sangre permite la secreción de LH y que el nuevo folículo dominante siga creciendo hasta la ovulación.
- 54 a 56 horas después: Inseminar las vaquillas y aplicar GnRH.
- 60 a 62 horas después: Inseminar las vacas y aplicar GnRH.
No todas las vacas tratadas mostrarán signos de celo, pero todas deben ser inseminadas en el momento indicado en el programa. Ya que este método sincroniza la ovulación y no el celo, para asegurar la ovulación en un tiempo conveniente se debe aplicar GnRH al momento de Inseminar.
Si se detectan vacas en celo antes de terminar el programa; estas se inseminan bajo la regla AM-PM y se les inyecta GnRH al momento de inseminar.
Protocolo con Prostaglandina.
- Día 1: Prostaglandina F2α.
- Días 2 al 10: Si se detectan vacas en celo se inseminan bajo la regla AM-PM y se le inyectan 2 ml de Cevarelin® al momento de inseminar.
- Día 12: Prostaglandina F2α.
- Día 15: Inseminar las vacas detectadas en celo después de la segunda inyección de Prostaglandina F2α. Aplicar GnRH al momento de inseminar.
Protocolo de sincronización para inseminar a Tiempo Fijo (IATF) vacas..
- Día 1: 9:00 AM Insertar un dispositivo intravagival de progesterona + 2.0 mg de benzoato de estradiol (BE).
- Día 9: 9:00 AM Retirar el dispositivo + Prostaglandina F2α. + 300 UI de eCG + 0.5 mg de cipionato de estradiol (CE).
- Día 11: 3:00 PM IATF + GnRH.
Protocolo J-Synch para IATF vaquillas.
- Día 1: Benzoato de estradiol 2 mg + insertar dispositivo vaginal de progesterona.
- Día 6: Prostaglandina F2α.+ retirar dispositivo.
- Día 9: IATF (72 horas después de retirar dispositivo) + GnRH.
- Día 19: Exponerlas al toro para repaso (opcional).
Notas importantes:
- Se recomienda hacer una aplicación higiénica de los productos hormonales.
- Que la dosis se aplique correctamente.
- Utilizar jeringas desechables de 5 ml con agujas de calibre 18 o 20 y 1.5 pulgadas de largo.
- De preferencia en la región del cuello.
- Evitar la salida del producto por reflujo al retirar la aguja.
- Para ser inseminadas, las vacas o vaquillas deben mostrar al menos 3 de los siguientes signos de celo:
- La vaca se queda quieta cuando la montan.
- Vulva hinchada.
- Interior de la vagina (vestíbulo) rojizo y húmedo.
- Salida abundante de moco viscoso cristalino por la vagina.
- Útero turgente a la palpación.
- Presencia de folículo > 1.5 cm.
- Piel raspada en el área de los huesos laterales a la cola (ísquiones).
- Pelo desacomodado en la base de la cola.
V. Repaso con toros.
Una semana después de la inseminación, se incorporan los toros de repaso para que cubran las vacas que no hayan quedado gestantes con la inseminación artificial. Trabajan dos meses y al terminar este periodo se separan los toros. Las vacas que no se cargan con IA vuelven al estro en 21 días, de manera que los toros de repaso hacen un segundo y hasta un tercer grupo de partos.
VI. Diagnóstico de gestación.
40 días después de retirar los toros se hace el diagnóstico de gestación.
VII. Desecho de vacas improductivas.
Las vacas que no hayan quedado gestantes después de la temporada de empadre son vacas improductivas que deben considerarse para el desecho. La decisión de desechar o retener una vaca debe basarse en los registros de producción (ej. peso al destete) y la eficiencia reproductiva (un año un becerro).
Resultados:
- Mejoramiento genético mediante el uso de semen congelado de toros de alto valor genético.
- Incremento de la calidad del hato. Se eleva la calidad de las vaquillas elegibles para vientres.
- Se incrementa el desempeño reproductivo. Se obtienen mayores tasas de preñez y de destete. Las vacas que paren temprano tienen más tiempo para recuperar su capacidad reproductiva.
- Mejores pesos al destete. Si las vacas conciben temprano en la época de empadre, se obtienen becerros de mayor edad y peso en el destete.
- Camadas de becerros más uniformes.
- Los problemas reproductivos son detectados oportunamente, se genera información útil para tomar decisiones en el manejo, ventas y desecho de vacas.
- El uso de semen de toros con DEP’s (Diferencias Esperadas de la Progenie) de bajo peso al nacimiento ayudan a reducir los casos de partos distócicos.
- Reducción de costos por compra y mantenimiento de sementales. Se necesitan menos toros para monta natural al usar la inseminación artificial y la sincronización del ciclo estral. Se pueden adquirir toros para repaso de más valor.
- Mejoramiento de la rentabilidad del rancho ganadero (mayores ingresos).
Desventajas:
- Más manejo de los animales.
- Se necesita más conocimiento y mano de obra especializada en Inseminación artificial.
- Más dinero en inversión. Costos por mano de obra especializada, instalaciones, semen, medicamentos para sincronización e instalaciones adecuadas, equipo y medicamentos.
Los costos del uso de esta tecnología son mayores para los hatos pequeños, ya que los gastos fijos se dividen entre un menor número de vacas.
Los costos de la inversión en este programa reproductivo se dividen entre el número de vacas preñadas que paren un becerro viable. Finalmente, los beneficios se evalúan considerando no solo el número de gestaciones sino por la cantidad de becerros destetados lo cual, se incrementa con la reducción de los días abiertos. El mejoramiento genético generado por los toros de Inseminación Artificia produce vaquillas de reemplazo de mejor calidad, más lecheras, más fértiles y becerros destetados con mayor peso, mejor conversión alimenticia y mejor calidad de carne.
El manejo reproductivo determina en gran medida la productividad de los ranchos ganaderos. Es indispensable que las personas involucradas se capaciten y lo apliquen en forma adecuada.
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