Tomado de Ganaderia.com

Introducción

El cambio climático está transformando los ecosistemas de la tierra; mucho se trata en diversos medios de cómo la ganadería provoca o estimula uno de los factores que lo produce: el efecto invernadero; sin embargo, también es importante discutir lo contrario, cómo el cambio climático afecta o podría afectar a los sistemas ganaderos. Lo anterior nos dice que el cambio climático constituye un bucle de retroalimentación en el que la producción pecuaria contribuye al problema, sufre las consecuencias, pero también puede contribuir a mejorarlo.

Así pues, la actual demanda de productos de origen animal, especialmente carne y leche, hará que ciertos sistemas ganaderos, en este caso aquellos que se producen bajo pastoreo y que son de bajos insumos estén incrementando su extensión partiendo de la conversión de ecosistemas forestales a praderas en monocultivo y, consecuentemente, aumentado enormemente la huella ambiental del sector debido al incremento de emisiones de carbono.

Por otro lado, el cambio climático presente y futuro pone en riesgo el bienestar de los animales, al poner en riesgo su salud por estrés calórico, por limitantes en el acceso y consumo de alimentos y agua, entre muchos más.

Mucho se está haciendo para tratar de minimizar los problemas anteriores, incluyendo lo que se hace en sistemas ganaderos bajo pastoreo, con tecnología limitada y sostén de muchos productores pobres. Su aporte será interesante por la cantidad de este tipo de sistema y productores en el mundo.

La incorporación de árboles, bajo distintas prácticas, a las áreas ganaderas, constituye una estrategia eficiente para mitigación y adaptación al cambio climático, pues ha demostrado sus múltiples beneficios, incluyendo el almacenamiento o captura de CO2 en la planta y suministrándoselo indirectamente al suelo así como promoviendo un mejor comportamiento animal debido a la sombra, la cual minimiza el efecto del calor ambiental en los animales pero, además es muy asequible para los productores ganaderos por su facilidad de implementación a nivel de campo y por su bajo costo.

A continuación, se enuncian los beneficios obtenidos de la incorporación de árboles, bajo tres modalidades, en áreas ganaderas del trópico mexicano en aspectos del ambiente y del bienestar animal.

Beneficios en el tema ambiental

Se conoce que la biomasa arbórea es una función clave que distingue las áreas arboladas en comparación a las áreas de pastos en monocultivo. Por la presencia de árboles y arbustos leñosos, el tiempo de retención del carbono fijado de la atmosfera es más largo en los primeros comparado con los segundos, pues, aunque las plantas herbáceas en estos sistemas, también fijan carbono en su biomasa, el tiempo de retención de carbono es corto debido al consumo continuo por los animales en pastoreo y por el crecimiento cíclico de las herbáceas.

Por lo anterior, se ha propuesto, evaluado y promovido entre los ganaderos la siembra o bien, en muchos casos, el dejar crecer especies arbóreas en potreros de manera dispersa y sin ningún arreglo lineal, práctica conocida con el nombre de Árboles dispersos en potreros (Foto 1), utilizando especies tales como: Tabebuia rosea, Diphysa americana, Guazuma ulmifolia, Cordia alliodora, Enterolobium cyclocarpum, Byrsonima crassifolia, entre otras y de acuerdo a estudios nuestros, la densidad de árboles en esta modalidad en áreas ganaderas tropicales puede variar de 118?282 árboles por hectárea.

Otra propuesta evaluada y promovida es la plantación lineal de árboles o arbustos en las cercas de los potreros, ello con la finalidad de dividir éstos para llevar a cabo el pastoreo rotacional o bien, para separar diferentes usos de la tierra dentro de los ranchos ganaderos (Foto 2). Esta práctica se le conoce con el nombre de Cercas Vivas y se utilizan especies de rápido crecimiento o las que se puede reproducir vegetativamente, por ejemplo Bursera simarubaGliricidia sepium, Jatropha curcas, Guazuma ulmifolia, Faramea occidentalis. La siembra de árboles bajo esta modalidad, podría realizarse a distancias que pueden ser desde 1 a 5 m entre árboles.

En ambos casos, se evaluó la contribución de las arbóreas en la captura de carbono a dos niveles: biomasa y suelo, lo cual pudiera en el mediano plazo también significar para el predio ganadero un ingreso económico, paralelo a la producción de leche o carne, a través de la venta de servicios ambientales.

En la acumulación de carbono en biomasa

Los resultados derivados indican que un área ganadera con árboles dispersos en potreros con diversas especies arbóreas nativas de la región y con pastos introducidos almacena alrededor de 11.5 a 14.6 t C/ha carbono en biomasa aérea. Por su lado, el área ganadera con Cercas Vivas con múltiples especies llega a almacenar hasta 4.7 t C/ha en biomasa aérea.  Si se comparan las cantidades de carbono que se almacenan en estos sistemas, los valores podrían parecer bajos ya que los sistemas forestales primarios de la región almacenan alrededor de 63 a 107 t C/ha en biomasa aérea. Sin embargo, se resalta que las cantidades de carbono que se encuentra en la biomasa leñosa en los sistemas arbolados, están ausentes en sistemas de pastos en monocultivo.

Por otro lado, la tasa anual de fijación de carbono varia por varios factores, al respecto, los árboles dispersos en potrero y las cercas vivas presentaron una tasa de acumulación de 0.2 ? 2.2 t C/ha/año, indicando que los sistemas ganadero con árboles actúan como un sumidero de carbono, entendiendo que un sumidero es un sistema que captura más carbono de los que emite.

En el carbono orgánico en suelo

Partiendo del conocimiento de que la transferencia de carbono a los horizontes más profundos de suelo a través del crecimiento de raíces es otra característica fundamental de un sistema arbolado, las Cercas vivas y los Árboles dispersos en potreros presentaron entre un 2.1 y 3.1% de carbono orgánico en el suelo a una profundidad de 0 a 30 cm comparado con el 1.6% en praderas en monocultivo. Cabe destacar que la presencia de árboles en estos sistemas propicia la acumulación de más carbono recalcitrante (menos lábil) que se caracteriza por el tiempo prolongado de retención, aumentando así el carbono orgánico total en el suelo. Además, hay que considerar que la pérdida de carbono por erosión de suelo es más alto en potreros abiertos que en potreros con árboles. Esta respuesta es debido a la producción y descomposición de las raíces finas a diferentes profundidades de suelo.

La asociación entre los árboles y pastos en estos sistemas generan un ambiente favorable, pues se mejora el régimen de agua y temperatura lo cual, contribuye a un crecimiento adecuado de raíces finas, especialmente en temporadas secas. Se ha encontrado que la producción de raíces finas se correlaciona positivamente con la acumulación de carbono orgánico en el suelo, pues se encontró  que un sistema de potreros con árboles dispersos produce en promedio 45.4 g /m2/año de raíces finas comparado con los 9.4 g /m2/año reportados para potreros de solo pastos.

Beneficios en el bienestar y la alimentación del animal

Los árboles han sido una opción natural para proporcionar zonas de sombra a los animales en pastoreo, ayudándoles a reducir el estrés producido por el calor debido a cambios en la temperatura ambiental y a tener un uso más eficiente del agua, además la presencia de las arbóreas mejora la diversidad de lo que el animal puede elegir y consumir, todo lo que se refleja en la producción pecuaria.

Para explorar lo anterior, se ha evaluado y promovido la práctica llamada Pastura en callejones, la cual consiste en sembrar árboles, en este caso Leucaena leucocephala y Guazuma ulmifolia en potreros establecidos de pastoLos árboles se siembran en hileras sencillas y alternadas, orientados de oriente a poniente, a una distancia entre hileras de tres metros y un metro entre árboles y se podan a una altura de 0.90 m, con la finalidad de que el material forrajero esté a disposición del animal para su ramoneo (Foto 3).

En este caso, se evaluó la contribución de las arbóreas en el sistema de manejo de pequeños rumiantes y su efecto sobre factores de bienestar y acceso al alimento y agua, aspectos claves para mejorar los parámetros productivos del animal de una manera sostenible.

Sobre temperatura corporal del animal

En la época de sequía, considerada como crítica en la región, los valores de temperatura rectal de los ovinos fueron  similares tanto en la pradera con árboles como en la pradera sin ellos (38.4a y 38.6a o C, respectivamente), sin embargo, en la época de lluvias, dicha temperatura fue menor en los animales pastoreando la pradera arbolada y mayor en la pradera sin árboles (39.2b y 39.6a o C, respectivamente), lo cual puede ser explicado por la función de la cobertura arbórea en la creación de un microclima que aminoró el efecto adverso de la radiación solar directa sobre el animal y, sobre todo, del efecto de la humedad ambiental que fue mayor en esta época (79.9 %), valor que está por encima del valor aceptable para no crear situaciones de estrés en los animales (70.0%).

Lo anterior es de importancia ya que, el estrés calórico puede traer, como consecuencia, alteraciones en el consumo de alimento base, en este caso, pasto, a través de una disminución del tiempo de pastoreo y en modificaciones de actividades asociadas al pastoreo, tal como el consumo de agua, veces que el animal orina, etc.

Sobre las actividades de mantenimiento del animal

Considerando, por un lado,  que modificaciones en el tiempo de pastoreo de un animal debido a estrés calórico, puede relacionarse con cambios en su consumo de alimento, aspecto directamente ligado con la producción y por otro, que se ha reportado que animales bajo coberturas arbóreas varían su estrategia de pastoreo en respuesta al nivel de cobertura existente así como a cambios en la fenología y disponibilidad del pasto presente en las áreas de pastoreo bajo dosel, se evaluó el tiempo de pastoreo (en horas al día) de los ovinos, obteniéndose que éste fue similar en ambos tipos de praderas para cada época (8.78a y 9.08a h para la época seca y 6.62a y 6.75a h para la época de lluvias tanto en la pradera arbolada como en la pradera de solo pasto, respectivamente), sin embargo, es de resaltar el tiempo que los animales dedican al ramoneo en la pradera arbolada (2.40a h en la época seca y 1.85b h en la lluviosa), lo cual suma un mayor tiempo de actividades dedicadas al consumo por parte de los ovinos, representando el 10 y 7.7% del total de tiempo diario de actividades del animal en cada época, respectivamente.

Esto significa que los animales en potreros arbolados, destinan una parte de su tiempo (equivalente al 27% del tiempo invertido en pastoreo), al ramoneo de las arbóreas presentes. Es notorio que, en la época seca, el ramoneo fue mayor (2.40 h al día), lo cual es importante en términos de mejoras en el consumo y en calidad de la dieta consumida en la época más crítica. Lo anterior indica que un sistema arbolado fomenta mayor tiempo al consumo de alimento al sumar a las horas dedicadas al pastoreo, las horas dedicadas al ramoneo, lo que podría apoyar la posibilidad de disminuir las afectaciones en el consumo animal bajo temperaturas críticas y aumentar la cantidad de alimento consumido, clave para mejorar la producción animal.

Por otro lado, la evaluación de la conducta diurna de los ovinos (6:00 a 18:00 h) pastoreando el potrero arbolado, reveló que los ovinos ocuparon un 28a% de su tiempo en pastorear bajo sol, 28.9a% bajo sombra, sin notar diferencias, sin embargo, sus actividades de descanso y rumia prefirieron hacerlo bajo sombra (26a%) que bajo sol (3.6b%), lo cual podría explicarse por qué se conoce que el dosel de los árboles crean un microclima con efectos positivos en el animal, explicados por el cambio en el comportamiento de los animales, pues estos buscan realizar sus actividades en las mejores condiciones de tranquilidad y ambientales. Los beneficios anteriores son muy importantes ante posibilidades de incrementos futuros en la temperatura ambiental.

Sobre la composición y calidad de la dieta seleccionada

Aunado al efecto positivo del dosel arbóreo sobre el tiempo invertido en el pastoreo de los ovinos y, por tanto, de su mayor consumo, así como sobre sus otras actividades realizadas bajo sombra, el análisis de la composición botánica de la dieta seleccionada por los animales mostró, como era de esperarse, que los ovinos pastoreando en el potrero arbolado tienen una dieta más variada, debido a la diversidad; así mientras que en el potrero sin árboles consumieron solo pasto (96.5% de C. plectostachyus y 3.5% de H. ruffa, promedio anual), los animales en potreros arbolados consumieron pasto (74.5% de C. plectostachyus y 7.2% de H. ruffa) y árboles (12.3% de L. leucocephala y 6.0% de G. ulmifolia, promedio anual). Esta dieta diversa se manifestó en una dieta de mejor calidad para los animales pues los valores de proteína cruda fueron de 9.9b y 12.2a% para la época lluviosa y 6.8b y 9.7ª% para la época seca, para los animales en potreros con solo pasto y potreros con árboles, respectivamente, lo que podría cubrir mejor los requerimientos animales, sobre todo en la época crítica. Esta mejora en la calidad de la dieta es debida al alto valor nutricional de las arbóreas respecto a las gramíneas.

Sobre otras actividades asociadas al pastoreo

En cuanto a la influencia del tipo de potrero (arbolado o no) sobre conductas asociadas al clima tales como el número de veces que orina al día (NVO), número de veces que el animal accede al agua al día (NVA) y consumo de agua (CA); los valores más interesantes se encontraron en los animales pastoreando el potrero con solo pasto y durante la época seca. En esta época, los ovinos orinaron más veces (33.8a veces), comportamiento que podría estar relacionado con un mayor número de veces que accedieron a la fuente de agua (8.6a veces) y por tanto al mayor consumo de agua obtenido (5.8a L) en comparación a los datos obtenidos en los animales pastoreando bajo árboles (30.5b veces, 6.1b veces y 4.3b L). Nuevamente, podría asociarse estos resultados a los beneficios de bienestar que los árboles de la pradera asociada ofrecen.

Reflexión final

Ante los retos, sobre todo ambientales, a los que nos enfrentaremos en un futuro cercano, será necesario pensar en estrategias prácticas y baratas que permitan a la ganadería extensiva localizada en áreas frágiles, como muy baja tecnología y desarrollada por productores, muchos de ellos, de bajos recursos, sobrevivir y aportar a la vez, acciones, aunque sean pequeñas, para combatir un gran problema global. Una de dichas estrategias es la arborización de áreas ganaderas a través de distintas prácticas, en las cuales se resaltan distintos beneficios tanto para el ambiente como para el animal, y todo ello, de manera sostenible.


Literatura de soporte

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Referencia:  https://www.ganaderia.com/destacado/sembrando-arboles-en-areas-ganaderas-cosechando-beneficios

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